Programa televisivo

ESTO ES EL EXTRACTO DE UN PRESUNTO PROGRAMA DE OPINION REALIZADO EN UN CANAL DE TELEVISION DE LA PROVINCIA DE SAN JUAN, DIAS ANTES AL TRATAMIENTO EN EL SENADO DE LA LEY DE MATRIMONIO GAY.

Lo que se vierte a continuación es solo lo que aportó uno de los invitados cuando le llegó su momento de participar. En el relato no se identifica a la periodista ni al entrevistado con sus verdaderos nombres, sino con la letra P a la periodista y con la E al entrevistado.
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P: Bueno a llegado el momento de cederle la palabra a E para que responda a la pregunta motivo del programa ¿Cuál es su opinión con respecto a este Proyecto de Ley que se debatirá en el Senado en los próximos días?

E: Buenas noches, antes quisiera hacer la misma aclaración que le hice a su equipo de producción cuando me convocaron para este programa. Quiero decirle que mis opiniones son muy personales y que revisten las características de un resentido social.

P: ¿Cómo es esto de resentido social?

E: Bueno es que me parece que todo lo que toma estado público últimamente parece ir a contramano de mis convicciones más íntimas. Le comento: Yo poseo dos títulos, uno de grado y uno de posgrado y no consigo trabajo de profesional, aparentemente haber llegado a la edad que tengo y tener una familia numerosa, no es apetecible para los empresarios a quienes les ofrezco mis servicios profesionales, sean privados o públicos. Me casé con la primera y única novia que tuve en mi vida, hubieron otras mujeres antes que ella pero no en esa relación de novios, estuve tres años de novio con ella y durante ese tiempo no solo no mantuve relaciones genitales con ella sino que tampoco la engañé con ninguna otra mujer. Llevo 25 años de casado con la misma esposa, hemos afrontado cinco embarazos, de los cuales fructificaron cuatro y a pesar que económicamente no estamos para nada bien, somos felices, nos amamos y nos respetamos mutuamente. Esto se lo cuento porque cuando se habla de este proyecto de ley, se habla de legislar para las minorías y de discriminación y yo me siento una absoluta minoría y un discriminado socialmente, solo por respetar mis convicciones más íntimas.

E: Está bien, yo respeto sus convicciones más íntimas como usted les llama, pero no me ha contestado la pregunta objeto del programa.

P: Es cierto, trataré de ser más claro de lo que fui. No estoy de acuerdo con el proyecto de Ley, por innumerables razones, pero básicamente mi desacuerdo radica en razones de índole general, para mí las personas que padecen la homosexualidad son la escusa para sancionar una Ley que vaya en contra de los valores tradicionales de nuestra sociedad, de la familia que es la célula básica de la sociedad. Detrás de todo este terrible circo montado, hay intereses de grandes corporaciones mundiales que están imponiendo la ideología del género y nuestro País con las características actuales que posee, les ha ofrecido un terreno propicio para sembrar su semilla de maldad y destrucción de esto que para muchos de los ciudadanos de nuestro País, es algo que nos transmitieron nuestros padres. Por ahí escucho que las grandes aberraciones en el mundo han sido provocadas por personas que han crecido en familias formadas por parejas heterosexuales y yo me digo a mí mismo, porque no dicen que esos casos son los menos, pues también hay millones de personas que hacen el bien y trabajan por el bien común y son fruto del AMOR de parejas heterosexuales. Señora P, esto es más de lo que día a día nos sumerge en la cultura de antivalores que desde hace ya mucho tiempo viene avanzando en nuestra sociedad, en nuestro mundo. Hay países de los llamados del primer mundo, absolutamente desarrollados y poderosos económicamente, en los que las personas son objetos de mercadeo, usted entra a un hotel y le dan un álbum con fotos para que elija con quién compartir parte del tiempo de su estadía, hay cafés donde usted está tomando uno y a su lado hay una especie de pecera en la que se baña una señorita muy bella o un joven todo musculoso y puede acceder a esas personas a cambio de dinero. Por eso me califico de resentido o un; si se quiere, retrogrado. Para mí eso no es primer mundo o mundo desarrollado; menos que eso, son signos de desorden de nuestra raza humana, algo que de acuerdo a mí sentido común; que puede no ser el apropiado o correcto, no implica crecimiento, sino por el contrario decadencia. GRACIAS.

P: Gracias por su presencia y sus conceptos y pasamos a nuestra siguiente invitada.
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